dimecres, 13 de febrer del 2008

Confesiones de un comedor de pizza


Varias preguntas atacan mi cabeza a la hora de viajar en metro o en ferrocarril. La primera de ellas es la opción del vagón, si vas delante en el supuesto de un choque frontal con otro convoy resultarías carne de cañón, se llena fácilmente en algunas estaciones (como Plaza España) pero se vacía rápidamente. Si eliges el medio siempre estará lleno, opción descartable, y si eliges el final te queda lejos la salida. Ustedes deciden cual coger, yo me quedo con la primera opción.

La segunda pregunta va dedicada a las personas de origen sudamericano o en su defecto a los teenagers autóctonos… ¿Es que es tan difícil comprarse unos cascos? ¿Es normal que nos aburráis y nos machaquéis con vuestra música insulsa? Basta ya por favor, cuando escuchéis música hacedlo con cascos que para musica mala ya tenemos a los rumanos con su violin o acordeón.

Y la tercera pregunta que me inquieta: He conseguido clasificar a la gente según como abren la puerta del metro.
Pacientes: Esperan a que el vagón este parado en la estación para salir.
Impacientes: mueven la maneta cuando el vagón acaba de salir de la anterior parada ( tienen perdón)
Burrámenes: Los peores de todos, son los que creen que con un movimiento brusco y fuerte pueden abrir la puerta, esos no tienen calificación mas que la de burros.
Obstinados: que aunque ven que la puerta no funciona porque esta averiada, después de 5 paradas viendo que la gente no la puede abrir, van y lo intentan pensando que correrán mayor suerte, y lo único que han conseguido es saltarse su parada.
Sofisticados: En este grupo me incluyo no por nada, son los que se saben el funcionamiento de la maneta del metro, tras un largo aprendizaje saben manejar el instrumento, dándole un par de movimientos suaves y esperando unos segundos las puerta se abriran fácilmente.

¿Y vosotros? ¿En que bando os situáis?

1 comentari:

Alberto García ha dit...

Estoy totalmente de acuerdo con el tema de los teenagers y la música. Antiguamente, los 'quillos' nos machacaban con su música a través de los radio cassettes. Ahora, con las nuevas tecnologías es peor, ya que antes no todo el mundo tenía un radio cassette. Además era más difícil de transportar por lo que pesaba. Pero hoy en día, ¿qué joven no tiene un móvil?. Esto es el fin.